El Grupo de investigación de oncogénesis y Antitumorales que lidera Ramon Mangues en el Instituto de Investigación del Hospital de Sant Pau-IIB Sant Pau ha desarrollado el primer fármaco de tamaño nanométrico que es selectivamente antimetastático. El medicamento se ha probado en animales y los resultados son esperanzadores: contempla las metástasis y además induce la muerte de las que ya están en marcha. Esta investigación necesita completarse con otros fondos para llegar a que la clínica sea una realidad.
Para poder poner en marcha este estudio de Fase I (en personas), los investigadores han fundado la spinf-off Nanoligent, empresa creada con tecnología desarrollada en colaboración entre el Instituto de Investigación del Hospital de Sant Pau-IIB Sant Pau y la Universidad Autónoma de Barcelona, mediante el profesor Antonio Villaverde y la doctora Esther Vázquez, con la implicación del CIBER-BBN y la ICTS Nanbiosis. También han conseguido un proyecto Retos del Ministerio de Economía y Empresa.
El grupo ha contado con el apoyo de la Unidad de Transferencia e Innovación del IIB Sant Pau que es miembro de la Plataforma de Innovación en Tecnologías Médicas y Sanitarias del Instituto de Salud Carlos III, ITEMAS. Esta plataforma ha realizado un vídeo para explicar el proyecto y facilitar que pueda llegar a la sociedad.
El primer fármaco que bloquea la diseminación metastásica
La nueva nanomedicina fármaco no causa toxicidad. Tal y como explica el Dr. Mangues "se comporta como un dron, escanea las células del organismo en busca de su objetivo y sólo elimina las malignas; las sanas salen indemnes". Además, buena parte del medicamento se acumula en el tumor, lo que puede evitar muchos de los efectos secundarios de la quimioterapia convencional.
La precisión del nuevo tratamiento es posible gracias al uso de un nanoconjugado, formado por nanopartículas proteicas unidas a un fármaco quimioterápico muy potente, que alcanza el direccionamiento y la entrega selectivo del medicamento. En concreto se dirige única y exclusivamente hacia el receptor de membrana CXCR4, que se encuentra sobreexpresado en la membrana de las células madre metastásicas, esto es, las que tienen capacidad de iniciar y mantener las metástasis. De este modo, se consigue eliminar selectivamente las células responsables del comienzo y el mantenimiento de las metástasis.
El nuevo fármaco se ha probado en un modelo murino de cáncer colorrectal con metástasis en el pulmón, hígado, peritoneo y los ganglios linfáticos. También ha funcionado en animales con leucemia, linfoma y cáncer de endometrio.
En un par de años, los investigadores confían en poder probarlo en humanos y esperan que tenga un elevado impacto en el tratamiento oncológico, para que las terapias actuales ofrecen un control muy limitado de las metástasis y se asocian con efectos adversos graves. Además, creen que el nanoconjugado podría ser útil en más de 20 tipos de cánceres.